El 3 de febrero de 1689, en el seno de una familia de marinos, nace Don Blas de Lezo, en la población guipuzcoana de Pasajes.
Sus estudios los realiza en Francia, donde en 1701, se embarca en la marina de guerra de aquel país,como guardiamarina, ya que Luis XIV alienta un intercambio de oficiales, entre las escuadras de Francia y España.
Ese año se inicia la Guerra de Sucesión española, tras la muerte de Carlos II sin descendencia. Felipe de Anjou, apoyado por Francia y candidato al trono de España por los borbones, se enfrenta al Archiduque Carlos de Austria, apoyado por Inglaterra y aspirante al trono por los austrias.
Con quince años tiene lugar su bautismo de fuego contra los ingleses.
La escuadra francesa zarpa de Tolon y se une a la española en Málaga, compuesta por un grupo de galeras al mando del Conde de Fuencalada. El 24 de agosto de 1704, frente a Velez-Málaga, se va a desarrollar la batalla más importante de la guerra.
Se enfrentaron por parte franco-española, una flota de 77 navíos (51 navíos de línea, 6 fragatas, 8 brulotes y 12 galeras) reuniendo un total de 3.577 cañones y 24.277 hombres y por parte anglo-holandesa, una flota de unos 70 buques (53 navíos de línea, 6 fragatas y alrededor de 11 pataches y brulotes) reuniendo 3.614 cañones y 22.543 hombres, tras la batalla las bajas contabilizadas, ascienden a 1.500 y 2.700 respectívamente.
Blas de Lezo participa en esta batalla, luchando con valentia y arrojo, hasta que una bala de cañón, le destroza la pierna izquierda. Trasladado a la enfermeria, proceden a amputarsela, por debajo de la rodilla sin anestesia; ante tan trágico trance, no profiere ni un solo grito. El propio Almirante, reconoció, admirado, la sangre fría que demostró durante toda la operación. Por el valor demostrado, es ascendido por Luis XIV, a Alferez de Bajél de Alto Bordo.
Lógicamente, a estos episodios, sigue una larga convalecencia, durante la cual rechaza estar en la Corte, al ofrecerle Felipe V, ser ayuda de Cámara, pues su deseo era volver al servicio activo, seguir aprendiendo y convertirse en almirante.
Sus acciones por el Mediterráneo, continuan, con acciones como el ataque al navío inglés “Resolution”, de 70 bocas de fuego, que acaba incendiado y siendo capturados otros dos barcos enemigos que son llevados a Bayona y Pasajes.
Ante sus continuas muestras de valéntia y arrojo, es requerido en 1706, por sus superiores, para una nueva misión, abastecer la sitiada Barcelona, al mando de una pequeña flotilla. Demuestra su agúda inteligencia, burlando el bloqueo británico varias veces. Utiliza diversas estratagemas como, por ejemplo, dejar flotando, paja húmeda ardiendo, lo que produce una cortina de humo, que camufla a los barcos españoles y ordena disparar proyectiles incendiarios, contra los barcos ingleses, incendiando sus velas.
Tras esta acciones, se le envía a socorrer, el fortín de Santa Catalina de Tolón, donde, tras desembarcar, refuerzan las tropas de la fortaleza, que luchan contra el ejército del Príncipe Eugenio de Saboya. En dicho enfrentamiento, un proyectil enemigo, impacta contra las murallas y una esquirla de piedra, revienta su ojo izquierdo.
Tras recuperarse, no olvidemos que había perdido una pierna y un ojo, en 1707 es ascendido a Teniente de Guardacostas.
A lo largo de 1710, apresa no menos de diez navíos británicos, siendo promovido a Capitán de Fragata y mandando una de ellas, en la escuadra de Andres del Pez, se produce el enfrentamiento con el navío de línea “Stanhope” de 70 cañones, capitaneado por John Combs. Se inició un duelo de cañones, hasta que Blas de Lezo, en una intrépida maniobra dejó su buque a distancia de abordaje, lanzando los garfios. El abordaje por barcos españoles, era temido por los ingleses, ya que tenían autentico pánico, al empuje y valor de las tropas españolas; ello producia que en caso de abordaje, rapidamente se rindieran, consiguiendo apresar navíos con una dotación muy superior.
Tras esta acción es ascendido a Capitán de Navío con 25 años.
En 1712, a los mandos de “La Campanella” de 70 cañones, participa en el segundo sitio de Barcelona, cercada por tierra por el duque de Berwick, sin embargo al acercarse demasiado a la costa, un disparo de mosquete, impacta en su brazo izquierdo, inutilizandoselo de por vida.
Pasan unos años, y en 1714, acude a Génova para traer a España a la reina Isabel de Farnesio, pero ante la decisión de la reina de venir a España por tierra, se le ordena unirse a la expedición de reconquista de Mallorca.
En 1715, a los mandos del “Nuestra Señora de Begoña”, se une a una flota compuesta por seís navíos de línea, diez fragatas, dos saetías, seís galeras y dos galeotas, con la misión, anteriormente citada, de reconquistar Mallorca. La escuadra llega a la isla al mando del gobernador general de la Armada, Pedro Gutiérrez de los Ríos, conde de Fernán Núñez, pero tras desembarcar los diez mil infantes que transportaban, los mallorquines, sin disparara un solo tiro, se rinden y someten a Felipe V.
Acaba la Guerra de Sucesión en 1715, y al año siguiente, se le confía el barco “Lanfranco”, con el que se incorpora a la flota de general Chacón, para acudir a La Habana y escoltar un convoy de galeones que transportaban plata. Al llegar de nuevo a Cádiz, ante el precario estado de su buque, se decide darle de baja.
Allí reside, hasta 1720, año que se le cede el mando de otro buque, tambien bautizado “Lanfranco” de 62 cañones, integrandose en la flota hispano – francesa, dirigida por los generales Bartolomé de Urdinzu y Juan Nicolás Martínez y compuesta por su navío, el “Conquistador”, el “Triunfante” y “La Peregrina”. Se les asigna el cometido, de eliminar, cualquier corsario, pirata o buque extranjero, de las costas de Perú, o Mares del Sur,que haciendo comercio ilícito, dañaban las arcas españolas.Tras unos años de servicio, se le concede el mando. de esta flota asignada a patrullar por los Mares del Sur, en 1723. Durante este período, son apresados seís navíos de guerra, tres de los cuales son agrgados a la Marina Española, y requisadas cargas por valor de 3.000.000 de pesos.
Continua su labor de limpieza de enemigos de la Corona, por las costas de Perú y Chile, hasta 1730, año que el Rey, le ordena que vuelva a España.
Al regresar a la Península, el Rey, por los servicios prestados, le nombra Jefe de la Escuadra Naval del Mediterráneo. Al año siguiente, 1731, y ante los problemas surgidos con la república de Génova y su proceder para con España, el Rey le pide a Don Blas de Lezo, que acuda a dicho estado italiano. Entra con seis navíos en el puerto genoves, y exíge como satisfacción, el pago de 2.000.000 de pesos de propiedad española, retenidos por el Banco de San Jorge, así como un homenaje a la bandera española. Tras las peticiones a los negociadores representantes de Génova, sacó su reloj, dandoles un plazo de tiempo tras el cual, si no se cumplian sus exigencias, bombardearía la ciudad. Conociendo a Don Blas de Lezo, el dinero fué abonado inmediatamente, dando el Rey medio millón al infante don Carlos y enviando el resto a Alicante para financiar la conquista de Orán.
Se va formando poco a poco la flota de invasión y durante este período, el Rey le cocede a Don Blas de Lezo, como estandarte, una bandera morada con el escudo de armas de Felipe V, las ordenes del Espíritu Santo, el Toisón de Oro a su alrededor y cuatro anclas en los extremos. Recordar que realizó todos estos servicios a la Patria sin una pierna, sin un ojo y con un brazo inutil, en una época en la que no se había avanzado mucho ni en medicina ni en prótesis, por lo que sus actuaciones tenían mucho más mérito.
En junio de 1723, a bordo del “Santiago”, zarpa de Alicante como segundo mando de la escuadra, en dirección a Orán. El teniente general Francisco Cornejo, mandaba la flota, que estaba formada por 12 navíos de línea, 2 bombardas, 7 galeras de España, 2 galeotas de Ibiza y 4 bergantines guardacostas de Valencia. La flota se unió, en labores de escolta y protección, a la escuadra de desembarco al mando del conde de Montemar, que en distintos transportes, sumaba 26.000 hombres.
El desembarco se produce en Mazalquivir, apoyados por la artilléria naval, pero Orán, amurallada y defendida por cinco castillos, practicamente no ofreció resistencia, huyendo los defensores.
Tras consolidar la plaza Don Blas de Lezo, regresa a Alicante, escoltando a los buques de transporte y posteriormente se dirige a Cádiz, donde atraca en septiembre.
Las potencias berberiscas, unificadas por Bay Hassan, intentan reconquistar Orán, atacandola por tierra y montando un bloqueo por mar. Recibida la noticia, Lezo, consigue reunir cinco navíos además del “Princesa” y el “Real Familia”, rompiendo el bloqueo, socorriendo la ciudad con 5.000 hombres y despues poner en retirada a los barcos piratas argelinos. No satisfecho con esto, decide atacar la nave capitana de 60 cañones, localizada comienza a batirla, pero huye, refugiandose en Mostagán, baluarte defendido por 4.000 moros y dos castillos a la entrada de la ensenada.
Sin preocuparse por la artilleria de los fuertes, entra en la ensenada, persiguiendo a la capitana argelina, la incendia y provoca graves daños a los baluartes defensivos.
Tras esta intrepida acción, los argelinos solicitan ayuda a Estambul. Blas de Lezo acude a Alicante para reparar sus naves, tras lo cual, patrulla por el Mediterráneo durante cincuenta días, buscando la flota de socorro turca, para atacarla. Pero una epidemia infecciosa, causada por los alimentos en mal estado, le obliga a regresar a puerto, por la gran cantidad de enfermos que se estaba produciendo, arrivando a Cádiz, enfermo de gravedad, él tambien.
En 1734, el rey le premia con el ascenso a teniente general de la Armada, desempeñando el cargo de comandante general del departamento de Cádiz durante un año, ya que al no ser de su agrado los cargos administrativos, solicita su reincorporación al servicio activo, concediendoselo el rey.
Así, en julio de 1736, es nombrado comandante general de Cartagena de Indias, hacia donde parte a los mandos de una flota de ocho galeones y dos registros, escoltados por los navíos “Conquistador” y “Fuerte”.
Inglaterra declara la guerra a España, en 1739, la escusa para iniciar el conflicto, fué el apresamiento de un barco corsario capitaneado por Robert Jenkins, cerca de Florida. El navío británico fué apresado por el capitán de navío Julio León Fandiño que cortó una oreja al capitán inglés (según declaró este) y le dijo: “Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”. Cuando compareció en la Cámara de los Lores, denunció Jenkins el caso, con su oreja en la mano, por lo que en Gran Bretaña se conoce a esta guerra como “Guerra de la oreja de Jenkins”.A partir de aquí, el trafico marítimo entre América y España, se vió atacado por todo tipo de piratas ingleses ya que la verdadera razón del conflicto, era la rivalidad comercial entre las dos potencias europeas y el intento, por parte de Inglaterra, de acabar con el poder español en America.
Los servicios de información españoles, consiguen averiguar que los ingleses estan alistando, en Jamaica, una importante flota con fuerzas de desembarco que llegan de Europa. Jamaica fue la base de las operaciones de hostigamiento inglesas contra puertos españoles, atacando La Habana, Portobelo y el castillo del rio Chagres. Es tras el saqueo de la mal guarnecida Portobelo (Panamá), cuando Vernon desafió a Lezo, a lo que este contestó: “Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera su Merced insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía”.
A Cartagena de Indias, llegan noticias en febrero de 1740, de la formidable flota de guerra que preparan los ingleses, siendo la más grande que surcó los mares hasta ese momento, solo superada por la del desembarco de Normandía durante la 2ª Guerra Mundial y superando en 60 barcos a la Armada Invencible, para atacar Cartagena. La flota estaba formada por 186 barcos entre navíos de linea, fragatas, brulotes y transportes de tropas, juntando 2.000 bocas de fuego. Las tropas estaban formadas por 23,600 combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica y 4.000 reclutas de Virginia.
Frente a este impresionante despliegue de fuerzas, Don Blas de Lezo, contaba para la defensa de Cartagena de Indias, con unos 3.000 hombres entre tropa, milicianos, indios flecheros y marineria, y de 6 barcos: el “Galicia” que era la nave capitana, “San Felipe”, “San Carlos”, “Africa”, Dragón” y “Conquistador”. Esto da una idea de la maestria estratégica de Lezo, que ya portaba a sus espaldas 22 batallas.
La victoria inglesa era tan clara que, en Inglaterra se acuñaron monedas conmemorativas de la victoria britanica. En estas monedas acuñaron la frase: “La arrogancia española, humillada por el almirante Vernon.” y aparecia ante Vernon, Blas de Lezo arrodillado y con ambos brazos y piernas, para no dar la impresión de que en realidad habían vencido a un simple lisiado.
Pero pasemos a la acción bélica. Don Blas de Lezo situó dos navíos en Boca Chica, entrada a la bahía, equipados con cadenas tendidas por fuera de los barcos, para evitar el ataque con brulotes y reforzó los castillos que la guardaban.
Las defensas de la plaza, como casi todas las españolas en America, estaban muy abandonadas y deterioradas. En una inspección, descubrieron que los cañones no podrian hacer más de diez disparos, ya que apenas habian balas y solo 3.300 libras de pólvora.
El 13 de marzo de 1740, fondean ante Cartagena, 8 navíos de línea, 2 brulotes, 2 bombardas y 1 paquebote británicos. Las bombardas abren fuego con munición incendiaria durante dos días, ya que las piezas españolas no tenían el suficiente alcance para batirlas. Se producen incendios en varios edificios, hasta que Don Blas ordena desembarcar un cañón de 18, que con sus precisos disparos, hace que se retiren las bombardas inglesas. Tras realizar varias mediciones de la bahía, los buques británicos regresan a Jamaica, excepto dos que realizan un bloqueo.
Un convoy español, mandado por el general Rodrigo de Torres, abastece la plaza y parte hacía La Habana amenazada tambien por los ingleses.
Vernon se decide a atacar, confiado en su superioridad númerica, los vecinos a la vista de tan imponente flota, deciden huir y ponerse a salvo. En una primera acción, disparan y silencian las baterías de “Chamba”, “Santiago” y “San Felipe”, además de desembarcar tropas y artilleria. Para apoyar esta acción, se inicia un bombardeo, por parte de la flota británica, que se alargará durante 16 días, a una media de 62 disparos por hora.
Centran el fuego primero en el castillo de San Luis de Bocachica, defendido por 500 hombres, al mando del coronel Des Naux. Mientras, Lezo, coloca una segunda línea de barcos a la entrada de la bahía, compuesta por el “Galicia”, el “San Felipe”, el “San Carlos” y el “Africa” apoyando con sus cañones al castillo. Aunque la defensa fué heroica, luchando en primera fila a brazo partido Don Blas y Des Naux, han de retirarse ante la abrumadora superioridad inglesa.
Don Blas de Lezo, ordena hundir e incendiar los barcos situados a la entrada de la bahía, en Boca Chica, retrasando el avance inglés, así como colocar sacos terreros en el resto de defensas, para absorber las esquirlas de piedra producidas por los impactos de la artilleria, y reducir las heridas producidas por estas.
Los bravos soldados españoles, ocasionan multitud de bajas entre los británicos, pero se ven forzados a retroceder a la segunda línea de defensa, el castillo de San Felipe de Baraja. En su retirada, Lezo ordena hundir el “Dragón” y el “Conquistador” con la ilusoria esperanza de frenar la entrada en la rada de los buques ingleses. Pero estos, consiguen remolcarlos y dejar libre la entrada, desembarcando un grupo de colonos norteamericanos en las islas de Manga y Gracia, tomando la colina de Popa cercana al castillo de San Felipe de Baraja.
Vernon, entra victorioso en la bahía, con las banderas desplegadas y luciendo el estandarte de General en Jefe, escoltado por dos fragatas y un paquebote y observando como se desarrollan los hechos, envia despachos a Jamaica e Inglaterra, relatando su victoria. Tras ello ordena el desembarco masivo de artilleria para arrasar el castillo de San Felipe.
Vernon, confiado, ordena el asalto definitivo al mando del General Woork. Este avanza con tres columnas de granaderos, varias compañias de soldados y los esclavos macheteros de Jamaica en vanguardia. El avance es lento por el pesado equipo que transportan y el nutrido fuego de fusileria que soportan. A pesar de todo llegan a la muralla pero, incomprensiblemente, las escalas se quedan cortas dos metros. ¿Por que?, Lezo habia manadado ahondar el foso que rodeaba el castillo, ocasionando el error británico, apoyado por las declaraciones de los falsos desertores españoles.
Los defensores aumentan la cadencia de disparo, lo que desta una autentica carniceria en las filas inglesas, con unos niveles de mortalidad insoportables. Sin embargo los ingleses no cesan en su avance, aunque cada vez más debilitados, por el fuego español y la empinada orografía. En esos momentos de desconcierto británico, Don Blas de Lezo, lanza a 300 marinos frescos a la carga con bayoneta calada, contra los ingleses que se ven desbordados ante el empuje español, iniciandose una huida desordenadaen la que perecen cientos de hombres y gran cantidad de pertrechos.
El miedo se dibuja en los ojos de Vernon y sus hombres, no puede hacer nada nada contra el empuje y el coraje de ese grupo de heroicos españoles. Impotente continua bombardeando 30 días más sin un objetivo claro.
Pero de nuevo, la sagaz estrategia de Don Blas de Lezo, volverá a golpear a los ingleses. Lezo sabía que con el tiempo, la humedad y el calor producirian paludismo, escorbuto y fiebre amarilla, rematando a las tropas britanicas, poco acostumbradas a los climas tropicales y deficientemente inmunizadas contra las enfermedades de estas latitudes.
La derrota de Vernon, es inminente. El 20 de mayo se retiran a Jamaica, sin dejar de bombardear Cartagena. Por falta de tripulación incendian 5 barcos y en el regreso otro más.
El propio Vernon, descargando su culpa de la derrota sobre el general Wentworth, dijo: “Cada barco y soldado español hizo frente y derrotó a 10 ingleses”.
Pero más triste es que en Inglaterra se celebra la victoria, días despues, cuando llegan las noticias de la derrota, el rey Jorge II prohibe a los historiadores hablar sobre esta batalla bajo pena de horca.
Pero la pregunta es :
¿POR QUE NO SE CONOCE EN ESPAÑA AL QUE PROBABLEMENTE SEA UNO DE LOS MILITARES MAS BRILLANTES QUE HA DADO NUESTRA PATRIA?
¿POR QUE NADIE HABLA DE BLAS DE LEZO EN LOS COLEGIOS?
¿POR QUE NADIE HIZO UNA PELICULA O UN DOCUMENTAL?
Cada uno que conteste lo que quiera.
Pero yo, a pesar de todo seguire defendiendo a los VERDADEROS HEROES DE ESPAÑA, pese a quien pese.
En 2005 los ingleses celebraron el 200 aniversario de su victoria en Trafalgar. Invitaron a las Armadas de todo el mundo y España envió el portaeronaves “Principe de Asturias” y la fragata “Blas de Lezo”. Una fragata no elegida al azar. Fue un recuerdo a un astuto guipuzcoano que derrotó con su ingenio, valor y coraje a una flota que le superaba con creces en número.
¡GLORIA A LOS HEROES DE LA PATRIA!
Fuentes: El Manifiesto.com
Todo a babor.es
BBC Mundo
El Gran Capitan.org
Libertad Digital.com
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